martes, 1 de octubre de 2013

De amor y lujuria


Encuadrada en el ciclo de teatro clásico y dirigida por María José Goyanes y con un reparto en el que se incluye a la mencionada directora, junto con Cristina Goyanes, Emilio Gutierrez Caba y Ramón Langa estamos ante una obra en la que haciendo uso de una moderna conversación y a modo de recital se recuerdan los grandes textos que hablan de amor y lujuria en nuestros clásicos de la literatura.

Cuando se habla de siglos pasados, siempre tendemos a pensar en la gran opresión del pasado, en la decadencia y en la crisis, pero nunca pensamos en que esa etapa para nuestra poesía y literatura fue, nunca mejor dicho, un siglo de oro, en el que la gente como pasa ahora se deja llevar por sus emociones, por su lívido, por sus pasiones y por la gran necesidad de buscar gracia y felicidad mediante las cosas más mundanas.

Lo que esta noche se ha visto en el teatro Ideal Cinema de Úbeda, es una gran recopilación de textos en todas las claves y escalas del amor y la lujuria, que debemos aplaudir primero por el mérito de recopilarlos, segundo por una interpretación esmerada y una entonación inmejorable y tercero por un acompañamiento musical que ha ensalzado los textos de Samaniego, Quevedo, Góngora, Sor Juana de la Cruz, entre otros.


La obra ha empezado magistralmente ensalzando a la palabra, como medio para conseguirlo todo, con una voz en off, seguida de las interpretaciones hablando en primer lugar del amor, cortés, profano, picante y poco a poco subiendo el tono para adentrarse en la lujuría o en la crítica a la lasa moral de los clérigos. Muy serio al principio y carcajeante burla sobre la lujuria en segunda instancia para aprovechar la espectación inicial y mantenerla mediante la animosa magia del teatro.

La picardía de Ramón Langa y la versatilidad de Cristina Goyanes, han sido grandes elementos a tener en cuenta, junto con las voces y entonaciones de Gutierrez Caba y María José Goyanes. La música que ha mezclado cinco instrumentos que ha hecho más grandes los versos.

Quizás como crítica, siempre constructiva, ha sido demasiado formal, pudiendole dar más valor de cara a los cambios de textos sobre todo, si hubiese sido algo más desenfadada por ejemplo como un diálogo entre una familia.

Me ha encantado y creo que todos deberían saber de esta obra para que por fortuna recordemos lo grande que es nuestra literatura.



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